¿QUÉ SE ENTIENDE POR CONSTRUCTIVISMO?
El constructivismo es una posición epistemológica que sostiene que la realidad no se presenta directamente sino que hay que construirla, consecuente a esto, no tenemos acceso a la realidad con independencia de nuestras construcciones o esquemas culturales, sociales o de género.
El constructivismo, al ser una posición epistemológica se sitúa en un nivel superior al de una escuela o un modelo de psicoterapia. Sin embargo, cabe anotar que esta posición epistemológica ha influido en modelos de psicoterapia, en particular el cognitivo y el sistémico.
En las instituciones de salud mental donde se sigue el sistema clasificatorio del DSM-IV o la CIE-10 el abordaje de los trastornos mentales (clasificación, diagnóstico e intervención) se hace según el modelo cognitivo-conductual, que se define por conceptos como el Paradigma del Procesamiento de la Información (PPI)(1), las leyes de reforzamiento, la supremacía del contenido del pensamiento sobre la emoción y la conducta, entre otros (para una revisión más extensa, ver: Vega, M (1988). Introducción a la psicología cognitiva. Madrid: Alianza)
Sin embargo, estos abordajes se inscriben en el paradigma del positivismo-lógico, pues se asume la existencia de una realidad objetiva a la que se puede acceder por medio de la observación directa, y un marcado énfasis en la razón como regulador de la experiencia humana.
A esto se opone la epistemología constructivista, que cuestiona la versión realista y objetivista de la ciencia (Neimeyer y Neimeyer, 1996). La premisa general podría resumirse como sigue: el conocimiento humano es una construcción activa de la realidad y no el reflejo unívoco de ésta. Se configura entonces un cuerpo multidisciplinar que abarca todos los campos de la ciencia (para una revisión, Feixas, 2004).
Una mirada constructivista rechaza la etiquetación según verbalizaciones (además que se asume que estas condensan las creencias). En su énfasis procesual, intentará reconstruir las modalidades y recurrencias en que la persona articula todos los dominios diferentes de su experiencia, su organización de significado (Guidano, 1994, Kelly, 2001).
(1) El PPI incluye tres conceptos fundamentales: Representaciones (esquemas), Procesos y Productos. Las representaciones contienen información del ambiente externo e interno, facilitando el registro, la codificación, la evocación, el análisis y la síntesis de la información que entra o sale del sistema. Los procesos son las operaciones que realiza el sistema para mantener el contenido representacional por medio de distorsiones de la información. Y los productos son los resultados finales del procesamiento de la información a la luz de los esquemas, los cuales pueden ser evidenciables por medio del análisis empírico.
